Precalienta el horno a 200 °C. Sobre una superficie enharinada, estira 1 círculo de masa de 33 cm de diámetro y 3 mm de grosor. Ajústalo a un molde de tarta.

En un cuenco grande, revuelve los arándanos, el azúcar granulado, la maicena, la canela, el zumo de limón y unas gotitas de Anís Chinchón Dulce hasta mezclarlo bien. Vierte la mezcla sobre el molde, apilándola en el centro.

Sobre una superficie ligeramente enharinada, estira el disco de masa restante como en el paso 1. Para confeccionar la celosía, corta la masa en diez tiras de 2,5 cm de anchura con una rueda de repostería ondulada. Pincela ligeramente con agua el borde de la masa del molde. Coloca con cuidado las tiras de masa encima, tejiéndolas hasta formar una celosía. Recorta la masa dejando un saliente de 2,5 cm. Dobla los bordes por debajo como desees, y rízalos con un tenedor. En un cuenco pequeño, mezcla la yema de huevo y la nata para hacer el barniz de huevo, pincela la superficie de las tiras de masa y el borde de la base de la tarta. Espolvorea generosamente con el azúcar. Refrigera o congela la tarta hasta que esté firme, unos 30 minutos.

Coloca el molde sobre una bandeja forrada con papel de hornear y hornea hasta que la masa empiece a dorarse, unos 20 minutos. Reduce a 180 °C. Sigue horneando hasta que la masa esté bien dorada y los jugos burbujeen, 55 minutos más. (Si la masa se dora demasiado rápido, cubre la tarta con papel de aluminio). Traslada la tarta a una rejilla y déjala enfriar por completo, mínimo 3 horas, antes de servir.